jueves, 24 de septiembre de 2015

Día internacional de la Paz

Cada 21 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Paz. La Asamblea General ha decretado que este día se dedica a reforzar los ideales de la paz en todas las naciones y pueblos del mundo.

El lema de la celebración de este año es «Alianzas para la paz, dignidad para todos», con el fin resaltar la importancia de que todos los grupos sociales trabajen juntos para lograr la paz. La labor de las Naciones Unidas no sería posible sin las alianzas que se formaron antes de su fundación y las miles de alianzas que se forman todos los años entre los gobiernos, la sociedad civil, el sector privado, los grupos de creyentes y otras organizaciones no gubernamentales necesarias para que la Organización pueda lograr los objetivos del futuro.

lunes, 21 de septiembre de 2015

¿Quiénes se refugian?

Os dejamos un artículo de opinión publicado esta semana en un periódico estatal sobre los refugiados sirios, escrito por el leonés Julio Llamazares.

Contra lo que la prensa dice, los refugiados no son esos hombres, mujeres y niños que llegan a Europa huyendo de la guerra y la barbarie, que se juegan la vida cruzando el mar en pateras o escondidos en camiones, que caminan durante días por las vías de los trenes en hileras, que saltan de noche las alambradas de las fronteras; los refugiados somos nosotros, los europeos, que nos parapetamos detrás de aquéllas y de nuestros pasaportes, nos protegemos con policías de los que llegan desde otro mundo, nos refugiamos, en fin, de los desesperados en nuestros privilegiados países como nuestros ricos hacen en esas urbanizaciones que rodean de vallas y de sistemas de protección para que nadie altere su felicidad. Nosotros somos los que nos refugiamos detrás de nuestros Gobiernos, pero, como no lo sabemos o no podemos reconocerlo, llamamos refugiados a los que vienen pidiendo ayuda como siempre hicieron los pobres y los desheredados de la fortuna en la historia.

14.931 personas, una cifra que representa solo el 0,02% del número de turistas que, según las previsiones, recibiremos este año en España con las puertas abiertas de par en par, han sido suficientes para que el Gobierno entre en contradicción y en pánico y la sociedad entera entable un agrio debate sobre la conveniencia o no de darles asilo en el que los argumentos muestran todas las miserias que somos capaces de atesorar las personas: que si muchos vienen sin necesidad de hacerlo, que si algunos lo hacen para prosperar económicamente, que si otros son terroristas... Tan solo la imagen de un niño ahogado que, al vestir exactamente igual que nuestros hijos y no como un pordiosero, nos hizo caer en la cuenta de que podía haber sido nuestro nos hizo despertar y pasar a la acción dejando nuestros refugios y nuestra confortable seguridad. ¿Por cuánto tiempo? Por el que dure en nuestras retinas la imagen del niño ahogado, me temo. Después volveremos a nuestras fronteras, a nuestras reticencias, a nuestras fortalezas defensivas semejantes a aquélla desde la que el teniente Drogo esperó con miedo toda su vida la invasión de los tártaros en la novela del italiano Dino Buzzati.

Esperando a los bárbaros tituló, por su parte, su más célebre poema el griego Kavafis (que inspiraría junto con aquélla la novela homónima de Coetzee), entre cuyos versos figuran éstos cuyo significado cobra todo su sentido hoy: “¿Qué esperamos congregados en el foro? / Es a los bárbaros, que hoy llegan / ¿Por qué esta inacción en el Senado / ¿Por qué están ahí sentados sin legislar los senadores? / Porque hoy llegarán los bárbaros / ¿Qué leyes van a hacer los senadores? / Ya legislarán cuando lleguen los bárbaros”.

Y solo son 14.931.

Julio Llamazares.

jueves, 17 de septiembre de 2015

La Cooperación también en crisis

Los expertos señalaban a Euskadi como la referencia estatal en el ámbito de la cooperación al desarrollo en estos últimos 25 años, no sólo por el volumen de los fondos destinados por las instituciones, sino también por la calidad y la envergadura de los proyectos desplegados.

“La mayoría de las ONG de Euskadi nos constituimos hace 25 años. La nuestra ha sido una cooperación que siempre ha tenido una presencia importante en los países empobrecidos. Contábamos con una financiación importante y más o menos estable. Sabíamos cuánto nos iban a dar el año siguiente y podíamos planificar proyectos a largo plazo, con potencial transformador. Eso, sumado a una red de socios locales asentada y un personal técnico muy competente y concienciado nos permitía llevar a cabo una cooperación realmente efectiva”, resume Mila Domínguez, delegada en Bizkaia de la Coordinadora de las ONG vascas.

Sin embargo, en estos años de crisis la limitación de fondos públicos obliga a las ONG a desarrollar proyectos cortoplacistas, descuidando zonas estratégicas y ahogadas por las exigencias burocráticas.

“Entendemos que el volumen total de fondos disminuya a causa de la crisis, pero no el porcentaje sobre el presupuesto global. El objetivo es el 0,7%, como dictamina la Ley Vasca de Cooperación del 2007. Hace algunos años estábamos cerca de alcanzarlo, pero hoy nos encontramos muy lejos de esa cifra”, explica Mila Domínguez.

La reducción presupuestaria obliga a las ONG a embarcarse en proyectos más a corto plazo para justificar las inversiones, no pudiendo realizar labores realmente transformadoras y duraderas en el tiempo.

En cifras: 

En concreto, las instituciones vascas han pasado de destinar 1.258.671 euros a proyectos de cooperación en países empobrecidos en 2010, a 841.309 euros en 2014.

La reducción también se ha hecho notar en proyectos de sensibilización y concienciación para la ciudadanía vasca: se ha pasado de destinar 186.211 euros en 2010 a 128.517 euros en 2014.

La Diputación de Bizkaia ha pasado de destinar un 0,63% del presupuesto general en 2008 a un 0,40% en 2015.
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Mila Domínguez.