- Kader trabaja en la cosecha de algodón y es la jefa de la familia.
El padre de Kader, una niña turca de 8 años de edad, no tiene trabajo. Su madre está prácticamente ciega. Kader y sus cuatro hermanos (dos mujeres y dos varones) trabajan en la cosecha de algodón y ayudan así a cubrir las necesidades de la familia.
Además del sacrificado trabajo en la cosecha, Kader cumple otra función fundamental en su hogar: hace todas las tareas que su madre, por la ceguera, no puede hacer. (www.teinteresa.es).
- Braulio fue apaleado en la mina cuando cayó enfermo.
En La Rinconada, Perú, son muchos los niños que tienen un destino casi asegurado: trabajar en las minas. Braulio, de 14 años, es uno de ellos. Desde muy joven se dedicó a transportar pesadas cargas de mineral. Alternaba ese trabajo machacando piedras.
“Un día no me sentía bien, estaba muy cansado y me caí varias veces mientras trabajaba. A la salida de la mina mi carretilla se volcó y todo el mineral se cayó. El encargado me estaba mirando, y por ello me pateó duramente”, cuenta el joven peruano (www.teinteresa.es).
Este año, el Día mundial contra el trabajo infantil centrará su atención particularmente en la importancia de una educación de calidad como un factor clave en la lucha contra el trabajo infantil. Es el momento oportuno para hacerlo ya que en 2015 la comunidad internacional examinará las razones de la incapacidad de alcanzar los Objetivos de Desarrollo respecto a la educación y establecerá nuevos objetivos y estrategias.