miércoles, 2 de abril de 2014

Desigualdad de género en la eduación en Perú

Las mujeres peruanas encabezan tres fatídicas estadísticas en Perú:

  • 76 % de las personas analfabetas son mujeres.

  • El salario de una mujer en Perú es, de media, un 35 % inferior al de un hombre.

  • 87 % de las víctimas de maltrato familiar y sexual son mujeres.

Estas desigualdades se desencadenan durante la educación y las niñas conviven con una seria de problemas que determinan su futuro; condiciones desiguales a la de los niños, sobrecargas domésticas y laborales, violencia...

Las mujeres que no culminan sus estudios constituyen una población pobre, vulnerable y excluida de posibilidades de desarrollo y, aunque la herencia cultural recae mayoritariamente sobre las mujeres, se desliga de la formación académica. Y se vincula exclusivamente al género femenino por que, son la niñas las privadas de asistir a la escuela y por tanto, las abocadas a desarrollar y aprender tareas propias de la vida en el medio rural. El temor al embarazo de las menores, generalmente fruto de violaciones y siendo éste responsabilidad única de la menor y su familia, se hace determinante a la hora de elegir el futuro escolar de las mujeres. 

Si bien no la decisión el temor se ve justificado por las cifras que se arrojan a continuación:
  • 94 % de las víctimas de violencia sexual son mujeres.
  • 77 % de ellas menores de 18 años.
  • 12 % de las adolescentes entre 12 y 19 años están embarazadas.
  • En áreas rurales y de la amazonía, este porcentaje se incremente hasta el 19 y el 25 % respectivamente.
La desigualdad de género en la eduacción y en el acceso a la misma trae consigo desigualdad a la hora de percibir la realidad y formar parte de ella. Estas desigualdades se mantienen durante la edad adulta en forma de brechas insalvables en oportunidades y en otras formas de discriminación. Así, las desventajas que ocasionan a las niñas, se acumulan durante su vida y se proyecta en su edad adulta en niveles mayores de desigualdad.

En Perú, es común a niños y niñas tener que enfrentarse a otras problemáticas como cumplir roles de padre o madre con sus hermanos o hermanas pequeñas, asumir responsabilidades adultas en el hogar y laborales y lo deben compaginar con el estudio en la escuela. Esto conduce a cifras elevadas de fracaso escolar que se agudiza en el caso de las niñas.
  • 22 y 25 % de las niñas y los niños llevan un año de retraso en primaria y secundaria respectivamente.
  • 20 y 32 % de las niñas y los niños llevan dos o más años de retraso en primaria y secundaria respectivamente.
La desigualdad de género en la vida diaria se reproduce en las escuelas. A las alumnas y alumnos se les ofrecen posibilidades y espacios diferentes en función de su género. Esa misma regla cumplen la distribución de espacios, repartición de la atención, asignación de tareas y organización de labores en la escuela. Por ejemplo: mientras a los varones se le conduce a actividades intelectuales, se reserva para las mujeres todo lo relacionado con labores domésticas.

Es común encontrar material escolar que refuerzan la aceptación de la desigualdad de género e invisibilizan a la mujer. Las niñas y las niñas, lo interiorizan, lo asimilan y lo implementan a lo largo de sus vidas.

Apostar por una educación equitativa es apostar por un futuro sin desigualdad.

Ver vídeo documental: La educación del silencio
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