Las mujeres peruanas encabezan tres fatídicas estadísticas en Perú:
76 % de las personas analfabetas son mujeres.
El salario de una mujer en Perú es, de media, un 35 % inferior al de un hombre.
87 % de las víctimas de maltrato familiar y sexual son mujeres.
Estas desigualdades se
desencadenan durante la educación y las niñas conviven con una seria de
problemas que determinan su futuro; condiciones desiguales a la de los
niños, sobrecargas domésticas y laborales, violencia...
Las
mujeres que no culminan sus estudios constituyen una población pobre,
vulnerable y excluida de posibilidades de desarrollo y, aunque la
herencia cultural recae mayoritariamente sobre las mujeres, se desliga
de la formación académica. Y se vincula exclusivamente al género
femenino por que, son la niñas las privadas de asistir a la escuela y
por tanto, las abocadas a desarrollar y aprender tareas propias de la
vida en el medio rural. El temor al embarazo de las menores,
generalmente fruto de violaciones y siendo éste responsabilidad única de
la menor y su familia, se hace determinante a la hora de elegir el
futuro escolar de las mujeres.
Si bien no la decisión el temor se ve justificado por las cifras que se arrojan a continuación:
- 94 % de las víctimas de violencia sexual son mujeres.
- 77 % de ellas menores de 18 años.
- 12 % de las adolescentes entre 12 y 19 años están embarazadas.
- En áreas rurales y de la amazonía, este porcentaje se incremente hasta el 19 y el 25 % respectivamente.
En Perú, es común a niños y niñas tener que enfrentarse a otras problemáticas como cumplir roles de padre o madre con sus hermanos o hermanas pequeñas, asumir responsabilidades adultas en el hogar y laborales y lo deben compaginar con el estudio en la escuela. Esto conduce a cifras elevadas de fracaso escolar que se agudiza en el caso de las niñas.
- 22 y 25 % de las niñas y los niños llevan un año de retraso en primaria y secundaria respectivamente.
- 20 y 32 % de las niñas y los niños llevan dos o más años de retraso en primaria y secundaria respectivamente.
Es común encontrar material escolar que refuerzan la aceptación de la desigualdad de género e invisibilizan a la mujer. Las niñas y las niñas, lo interiorizan, lo asimilan y lo implementan a lo largo de sus vidas.
Apostar por una educación equitativa es apostar por un futuro sin desigualdad.
Ver vídeo documental: La educación del silencio
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